Ana Patitú se trasladó a Barcelona en 2016. Tras más de 15 años de trabajo como diseñadora gráfica y profesora, retomó a la pintura, su verdadera pasión. Su obra explora la figura humana como vehículo de emociones, influenciada por las sensaciones que experimenta bajo el agua, un espacio de serenidad, vulnerabilidad y soledad. Usa acrílico por su rápida secado, y se inspira en fotografías propias. Ha expuesto en Madrid, Barcelona y en el proyecto Art For Life (Chicago), y sus obras forman parte de colecciones privadas principalmente de América, Europa y Australia.