Con un talento innato y muchas horas de trabajo, este pintor hiperrealista ha conseguido el éxito, ahora ya internacional. Figueras es un gran observador, pasea por las calles llenas de “modelos” y rincones que le inspiran. Toma apuntes, hace fotos y transforma el movimiento y el día a día de la ciudad en óleos sobre tela de, a pesar de su juventud, una técnica es impecable.
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