Las distorsiones y movimiento de las figuras de Marta Moreu, y la carga simbólica que desprenden, hacen que sus esculturas escapen de la realidad para adentrarse en el universo propio de la artista. El bronce le permite alargar, doblar y soldar sus figuras en posiciones de equilibrios a veces imposibles. Los colores de sus pátinas y la textura rugosa que da a sus acabados son esenciales para intensificar la expresión, y dotar de dramatismo de su obra. Sin abandonar un estilo austero y depurado.
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