Aunque de pequeño quería ser arquitecto, por influencia paterna se decantó por la pintura. Estudió Bellas Artes, Historia y Artes Gráficas. Como él mismo, su obra rebosa personalidad. Paisajes oníricos y misteriosos casi desérticos, con marcadas geometrías y sombras, algunos elementos vegetales y deshabitadas construcciones, muchas veces inspiradas en la arquitectura popular rural o industrial. A menudo añade letras gigantes que nos invitan a jugar con la poesía visual.